La Discapacidad y el Teletrabajo
Hoy en día un trabajador puede realizar uno o varios trabajos, a favor de uno o varios empleadores desde cualquier lugar del mundo, y sin que importe su ubicación, con el uso de las múltiples herramientas tecnológicas que actualmente existen. El mundo está más interconectado que nunca.
Por lo tanto, el trabajar desde el hogar o en la ubicación que el empleado designe o que acuerde con el empleador fuera de la empresa, genera un abanico de oportunidades. Es una forma flexible de organizar el trabajo y puede pactarse desde horarios abiertos, segundo empleo, tiempos parciales e incluso completos. Asimismo, puede ser realizado por cualquier persona, independiente de su condición, edad o cualquier otra particularidad.
Desafortunadamente, las personas con discapacidad no pueden acceder a cualquier trabajo debido a múltiples factores, entre los cuales se encuentran su nivel de discapacidad, dificultad para desplazarse, infraestructura necesaria para su caso particular, y necesidad de asistencia, entre otros. Sin embargo, estas dificultades pueden disminuirse con herramientas como el teletrabajo, y pueden generar nuevas formas de laborar para tener una mejor calidad de vida y proporcionar un valioso aporte a la sociedad.
Dentro de este abanico de oportunidades, es importante tomar en cuenta algunos aspectos importantes:
1. El Trabajador debe contar con ciertas competencias, tanto técnicas como personales.
2. Dentro de las competencias técnicas podemos mencionar:
a. Contar con conocimientos para poder utilizar las herramientas electrónicas y de comunicación a distancia, tales como programas de correo electrónico, internet, chat, videoconferencias, entre otros.
b. Habilidad para comunicarse en forma clara y precisa.
c. Tener competencias que resultan útiles para trabajar a distancia, tales como el interés por aprender a utilizar nuevas tecnologías, capacidad para aprender solos, mantener interés en el trabajo y en la comunicación con colegas y la empresa.
d. Hábitos laborales adecuados, capacidad de organizar el trabajo en casa, ética, confidencialidad, mantener equilibrio personal y habilidades de comunicación.
Todo lo anterior puede obtenerse o mejorarse a través de programas de capacitación, no solo de parte del patrono, sino también del Estado.
3. El empleador debe proporcionar al trabajador todas las herramientas necesarias para que pueda prestar sus servicios desde su casa. Los potenciales costos de esto pueden verse balanceados con el ahorro en el transporte y la adecuación de la infraestructura de la empresa a las necesidades del trabajador, y, además, le facilita al trabajador el mantenerse en un espacio como su hogar, donde ya contaría con los elementos y la asistencia necesaria que pueda requerir.
4. El trabajo que se asigne al empleado debe ser sujeto a realizarse por medio de teletrabajo, en labores totalmente ejecutables a distancia tales como operadores de call centers, grabador de datos, trabajo administrativo, gestión de cobros, diseño web y programación, por mencionar algunos.
Como aspecto negativo, muchos autores y especialistas consideran que el hecho de que el teletrabajo puede disminuir la facultad del trabajador para relacionarse con otras personas y cambiar de ambiente, podría aumentar el riesgo de depresión.
Por lo tanto, se necesita el esfuerzo de la sociedad para poder implementar y aprovechar estas oportunidades, creación de políticas gubernamentales, incentivos como guías y manuales que faciliten su implementación, capacitación para los trabajadores y a empresas interesadas, ayudas y acceso a información para la población y familias con miembros con discapacidad, entre otras.
Para los empleadores es esencial tener en consideración que tener un equipo de trabajo inclusivo y diverso genera un valor agregado a los equipos internos, aumenta los valores corporativos, el compromiso y la identificación de los empleados con el trabajo, y mejoran tanto la productividad como la imagen corporativa.